Esperanza


 Algún día los castillos se encontrarán vacíos. Algún día la tierra y el polvo recubrirán los salones. Algún día las sabanas se deshilacharán, las cortinas se caerán, los cubiertos se romperán, las mesas se partirán y las sillas se quebrarán. Algún día las maderas del techo se pudrirán y se desplomarán, las columnas se agrietarán y no habrá más que escombro y piedra. Algún día la hiedra abrazará las paredes, el barro y las hojas tomarán los suelos, y las raíces de los árboles quebrarán los cimientos. 

 Algún día caerá el último arco de piedra, y no será más que el recuerdo de un logro de los hombres. Pero ese día, aún ese fatídico día, una lámpara de aceite permanecerá encendida, recordándonos que hay algo que el tiempo no puede tocar.      



  


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