Habla



¿Acaso has descansado alguna vez? Fuente inagotable de reposo. ¿Acaso has dejado dormitar tus ojos? Ojos eternos de piedra y sal, sostenidos en aquellas pieles de madera rojiza. ¿Cuántas veces has leído el libro? Sino son más que un maltrecho par de hojas secretas. ¿Pueden tus manos seguir sosteniéndolo? Manos firmes y antiguas de orfebre y lector. ¿Puede tu cuello dolerte después de tantos años de inclinar tu cabeza? Postura imperecedera de señor de los sabios. ¿Y tu piel? ¿No se te ha llagado con el roce de tu hábito? Ropas de quien espera pacientemente la eternidad. ¿Acaso tu silencio no te ha agotado? No hay más palabras por decir. La voz no sonará más fuerte que la flor naciente. ¿Y cuándo alzarás tu frente y tus ojos mirarán el cielo? La espera es regente. Solo el tiempo puede morir. 
















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