De las Grandes Historias

 "Por tanto, convocó a Beren, y como Lúthien se lo había dicho a la hora de la muerte, volvieron a encontrarse más allá del Mar Occidental. Pero Mandos no tenía poder para retener a los espíritus de los Hombres muertos dentro de los confines del mundo, después de que esperaran un tiempo; ni podía cambiar el destino de los Hijos de Ilúvatar. Por tanto fue ante Manwë, Señor de los Valar, que gobernaba el mundo bajo la égida de Ilúvatar; y Manwë buscó consejo en lo más íntimo de su propio pensamiento, donde se revelaba la voluntad de Ilúvatar. 

 Esta es la alternativa que ofreció a Lúthien. Por causa de sus fatigas y sus dolores, podría abandonar a Mandos, e ir a Valinor, para morar allí hasta el fin del mundo entre los Valar, y olvidar todas las penas. Allí no la seguiría Beren. Porque no les estaba permitido a los Valar evitarle la Muerte, que es el don de Ilúvatar a los Hombres. Pero la otra elección posible era la que sigue: regresar a la Tierra Media y llevar consigo a Beren para morar allí otra vez, mas sin ninguna seguridad de vida o de alegría. Ella se volvería entonces mortal, y estaría sometida a una segunda muerte, lo mismo que él; y antes de no mucho abandonaría el mundo para siempre, y su belleza no sería más que un recuerdo en el canto.

 Este destino eligió Lúthien, abandonando el Reino Bendecido, y olvidando todo parentesco con los que allí moran; así, cualquiera fuera el dolor que tuvieran por delante, el nado de Beren y Lúthien sería siempre el mismo, y los dos senderos irían juntos más allá de los confines del mundo. Así fue que sólo ella entre todos los Eldalië murió realmente, y dejó el mundo mucho tiempo atrás. No obstante, con su elección los Dos Linajes se unieron; y aunque el mundo haya cambiado, ella fue la precursora de muchos en quienes los Eldar ven todavía la imagen de Lúthien, la amada, a quien han perdido."

(Tolkien. El Silmarillion) 











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