Encuentro


(El siguiente post nace a razón de la perdida de una amiga de la infancia) 

"No es Dios de muertos sino de vivos: porque para él todos están vivos."  (Lucas 20, 27-38)

Era tu boda. Una alegría inmensa rodeaba nuestros ojos y calmaba nuestros corazones. La noche era cálida y luminosa. Caminé entre las luces y sombras de una plaza inmensa, y encontré nuestra infancia al verte reír y llorar a lo lejos.

Amigos, familiares, todos estábamos allí. No había palabras, solo miradas felices y cómplices. 

Te encontré y lloramos de felicidad. Nos abrazamos, recordamos la rosa, el juego y el cariño. Nos despedimos, y me alejé.  

Nos volveremos a ver.




(A Manu, dueña de mis pestañas) 


A ti, niña de perlas nuevas,

dueña del terciopelo de cuna,

hija del roble y el manzano,

sueño de guitarra y de viñedo,

canto de zorzal vestido de jazmín,

a ti, luz de enero,

te dedico el llanto y la mañana,

el dolor y la tristeza,

la risa y el recuerdo,

mi voz y mis pestañas.

A ti, flor de cobre y plata,

te entrego mi descanso,

mi fuerza y mi Gracia.














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