“… al leer esas
aventuras te dabas cuenta que estabas asistiendo a una ceremonia de iniciación
de algún tipo.”
(Estas palabras fueron pronunciadas por Juan
Sasturain, en un documental de nombre “DNI: El Eternauta”, producido en la
década del ´90 por la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina.)
No hay mejor forma de describir la
extraordinaria sensación que deja la lectura de las historietas del maestro
Héctor Germán Oesterheld, y en especial “El Eternauta”. Es imposible no
escuchar el sonido del viento golpeteando las ventanas de aquel icónico chalet
de Vicente López, o recordar riendo aquella partida de truco de la que
solamente fuimos espectadores, o sentir un breve miedo lejano al escuchar
noticias de explosiones nucleares en la radio, o aquel estupor que trajo el
silencio absoluto proveniente de las calles porteñas.
Aún hoy se puede sentir el choque de dos
antiguos automóviles en la esquina, y ese ruido seco que nos dejó en penumbras,
en tinieblas, en la amargura nocturna y solitaria, iluminados, de pronto, por
un aura espectral y monstruosa proveniente de pequeños copos fluorescentes. Todavía
late fuerte y entre cortado nuestro corazón al recordar la cercanía de la muerte,
ahora presente a tan solo un vidrio de distancia; y en un instante escuchamos
la voz descompuesta de un amigo querido, entrando en la desesperación y
el terror. Sentimos su golpe afortunado en nuestra mejilla, al querer someterlo
para que no cometa una locura, y de pronto: la puerta abierta. Todavía se oye su
respiración agitada y se lo puede ver corriendo con demencia, apenas tapando su
cabeza con un abrigo. Y entonces un trago amargo roza nuestra garganta al
verlo caer al suelo y no emitir más sonidos, confirmando nuestra suerte:
soledad y muerte.
Desde las primeras páginas “El Eternauta” nos
sumerge en un mundo tan real, tan temible como querido. Es la obra culmine de un
don que tuvo la Argentina desde su fundación: las historietas. Las historietas
argentinas son, sin lugar a dudas, las más profundas y humanas de todo el mundo.
Y la mejor historieta es, por lejos, la narración de Juan Salvo contra los "Ellos".
Juan Salvo es el héroe de esta historia, el héroe
colectivo, el héroe encarnado en un padre de familia de Vicente López que lucha
por sobrevivir. Pero también es Elena, su amada esposa, que lo sostiene en la
flaqueza. También es Martita, su adorada hija, que le calma el corazón al ver
sus inocentes y esperanzados ojos. También es Favalli, el gran amigo, cuya
inteligencia y frialdad le harán permanecer en la cordura. También es Lucas, el
solitario compañero de truco, que le revela las inquietudes más profundas de la
naturaleza humana ante un enemigo. También es Polsky, el querido jubilado, que
le recuerda constantemente que lo peor del miedo es que lleva a la soledad, y
la soledad a la demencia, y la demencia a la muerte. Pero, sobre todo, Juan Salvo
es cada uno de los lectores que pasamos por las páginas aterrados y
sorprendidos, esperando por fin descubrir el misterio de esta “nevada mortal” y
de los temibles “Ellos”.
Por otro lado, esta el enemigo, los “Ellos”. Los
villanos de esta historia, el villano de esta historia, el villano colectivo,
el villano encarnado en un nombre sin nombre, representando el deseo profundo
de dominación planetaria. Los “Ellos" son “la nevada mortal”, que aísla y mata
impunemente. Son el miedo y la desesperación de Polsky ante la muerte segura de
su familia. Son los “cascarudos”, con sus monstruosas formas. Son los “gurbos”,
enormes bestias sin limite a su brutalidad. Son los “mano”, con su sutil
cinismo y sus oscuros pensamientos.
Temo pensar que los “Ellos” hayan encontrado
una nueva y temible forma. Una forma tan abominable como odiosa. La forma de un
oscuro ser, cuyos límites y deseos son inimaginables. La forma de una productora
de contenido global: Netflix y el cine argentino.
Desde que existe “El Eternauta” existe el
deseo de verlo en pantalla. Han sido varios los intentos que no superaron los
rumores en blogs. Incluso se llego a especular con una adaptación por parte de
Spielberg. Hoy el gigante de streaming nos sorprende con la noticia oficial.
Aparentemente el hijo de Oesterherld está detrás del proyecto, calmando un poco
el corazón de los amantes del “Caballero del Éter”. Sin embargo, las
producciones de Netflix están lejos de ser buenas, y el cine argentino está
llegando a niveles vomitivos. Por lo que es mejor escuchar los concejos fríos y
certeros de Favalli, y no esperar ninguna ayuda; y si nos cruzamos con alguien hay
que estar prevenidos y tener el fusil a mano. Pero si hay buenas noticias
celebrarlas.
Les dejo un muy buen homenaje musical al "Eternauta" hecho por Daniel Melingo.
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