Lo que eres

 Que tus ojos sean los míos. Que tus lágrimas sean las mías. Que la espada que atraviesa tu corazón atraviese el mío. 

Déjame vivir porque vives, llorar porque lloras, amar porque amas. Permiteme descansar en tus recuerdos e invocarte en mis dolores. 

Concédeme pronunciar la mayor de las Verdades:

  Santa María, Corredentora de la Humanidad, ruega por nosotros. 






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